Desde esta entrada de blog de Maderas y Recreo, queremos desear a todos aquellos que estén de vacaciones aún que pasen un feliz verano y a aquellos que por cualquier razón no puedan disfrutarlo plenamente igualmente se lo deseamos. Siempre hay que encontrar un hueco para hacer lo que realmente nos gusta y en este caso vamos a proponer un plan bastante divertido como es escalar rocódromos. Como no es una actividad que esté muy generalizada y conocida, hemos recogido los rocódromos que hay en Madrid para que no tengas que salir de la ciudad siquiera para realizar tu hobby favorito.
BOULDER MADRID
Es un rocódromo genial situado en el sureste de Madrid. Tiene 400 m2 escalables y su altura máxima es de 5,5 m. Tiene dos salas principales, una zona de calentamiento y preparación, con duchas, zona de descanso y aparcamiento para bicis.
DOCE DE OCTUBRE
Situado cerca del Hospital 12 de Octubre en camino de Perales 8, se trata de un túnel con un rocódromo muy inclinado, por lo que a lo mejor no es la mejor opción si eres principiante.
PUENTE DE LOS FRANCESES
En el propio Puente de los Franceses, aproximadamente a 15 minutos de Príncipe Pío, hay una pared que en los últimos años ha sido modificada con parabolts y presas en el techo para hacer vías con cuerdas. Pero cuidado, ya que también es un rocódromo no indicado para principiantes.
SAÍNZ DE BARANDA
Este rocódromo se encuentra a 5 minutos del metro Saínz de Baranda, justo en el Parque de Roma. Tiene una gran superficie para practicar búlder y 4 vías verticales para subir con cuerda. Suele tener muy buen ambiente por las tardes debido a su situación céntrica.
COMPLUTENSE
El rocódromo de la Universidad Complutense se encuentra a 10 minutos andando desde el metro de Ciudad Universitaria. Permite la entrada a cualquier persona aparte de los universitarios. Cuenta con una pared baja de 3 metros, y por el otro lado, con una pared de 12 metros con vías para cuerdas. Está rodeado con colchonetas. Al lado hay una pista de baloncesto, otra de atletismo y un bar con terraza para descansar después de un ratito de deporte.